Tsefalen
Autor: Salvador Cervantes Sala, LV, Acred. Medicina Felina AVEPA Clínica Felina Barcelona
En multitud de ocasiones los profesionales de la salud, tanto humana como veterinaria deben prescribir antibióticos sin resultados de aislamientos ni antibiogramas. Aunque las veces que se hace hoy en día, son francamente menos que hace tan sólo diez años, sigue siendo un procedimiento común.
En esta era post-antibiótica en la que parece que nos estamos adentrando, el veterinario clínico necesita antibióticos efectivos que curen a nuestros pacientes, sin que esto signifique hipotecar el futuro del uso de los antibióticos al elegir uno que maximice las posibilidades de crear/seleccionar resistencias en un futuro próximo.
El uso de los antibióticos sin cultivo ni antibiograma no significa que el veterinario clínico pueda elegir un antibiótico sin más, es decir no se basa en preferencias personales, no se basa en dar facilidades al propietario y no se basa en prescripciones comerciales. Sino más bien al contrario, el uso empírico pero racional se basará en cuatro pilares básicos, todos ellos dotarán al uso empírico de unos cimientos científicos y médicos.
Estos cuatro pilares básicos son:
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- Demostración de la presencia de una infección bacteriana (p.e. citología con presencia de neurófilos fagocitando microorganismos). En este primer punto también tiene cabida un uso que no podemos olvidar: Daremos antibióticos sin esperar a cultivos si la vida de nuestro paciente depende de retrasar el inicio de la terapia antimicrobiana.
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- Morfología de los microorganismos (cocos y/o bacilos) en citología con una tinción diferencial rápida y si fuera posible el tipo de coloración a la tinción de GRAM (positivos o negativos).
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- Usando los puntos anteriores y, sabiendo, el órgano/sistema afectado junto con los estudios de prevalencia de las diferentes bacterias asociadas al sitio de infección ya tendremos las familias de los antibióticos que con más probabilidad llevarán a nuestro paciente a la curación.
- Finalmente suma a la información anterior, la cascada racional de elección de antibióticos, nuestra elección será aquel antibiótico que, sin pérdida de eficacia, nos permita sanar a nuestro paciente, minimizando la aparición de reacciones adversas o efectos secundarios, así como de futuras resistencias. Para ello intenta seleccionar antibióticos lo más arriba de esta escala.
Los Betalactámicos y las cefalosporinas de
1ª generación en Medicina de pequeños animales
Los betalactámicos son una de las grandes familias de antibióticos que comprenden las penicilinas y las cefalosporinas. De hecho, dependiendo de la fuente consultada puede que los Meropenemes y los Carbamapenemes todavía se clasifiquen dentro de esta gran familia. Son bactericidas inhibiendo la síntesis de la pared antimicrobiana.
Características de los Betalactámicos:
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- Son generalmente muy efectivos frente a casi todos los organismos Gram positivos de importancia clínica para el veterinario, ya que en estas bacterias la pared bacteriana es más importante que en los Gram negativos.
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- Tienen cierta eficacia, que aumenta con las generaciones, frente los Gram negativos, sobre todo contra E.coli.
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- Poseen cierto efecto frente a bacterias anaerobias, sobre todo las penicilinas de primera generación y las aminopenicilinas (ampicilina y amoxicilina), estas pueden llegar a ser efectivas en casi el 95% de las infecciones anaerobias de importancia clínica. Aunque las cefalosporinas tienen cierto efecto frente anaerobios tenemos mejores opciones frente a estas bacterias.
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- Las cefalosporinas de primera generación (p.e. Cefalexina) son a menudo, resistentes a las betalactamasas creadas por las bacterias del género Staphylococcus, por lo que son de primera elección en las infecciones de este género. Por este motivo debemos seleccionarlas en infecciones donde no sea posible el uso de antisépticos y hayamos podido demostrar la infección por organismos cocoidales como piodermas profundas, abscesos, infecciones postquirúrgicas, artritis sépticas y osteomielitis, ya que en este tipo de infecciones la prevalencia de este Género es alta o muy alta.
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- Los Staphylococcus meticillinresistentes suelen ser resistentes a los Betalactámicos tradicionales y es por ello que debemos cambiar de estrategia antimicrobiana.
- Son antibióticos dependientes del tiempo. Esto significa que su efectividad será máxima cuando la concentración en el tejido diana sea superior a la Concentración inhibitoria mínima (CIM). Esto nos lleva a recomendar que frente a una infección con sensibilidad intermedia o que esperamos cierta resistencia frente a estos antibióticos aumentemos las veces que administramos el antibiótico y no la dosis de este (p.e. en lugar de cada 12 h. pasemos a una administración cada 8h).