En multitud de ocasiones los profesionales de la salud deben prescribir antibióticos sin resultados de aislamientos ni antibiogramas.
El veterinario clínico necesita antibióticos efectivos que curen a nuestros pacientes, sin que esto signifique hipotecar el futuro del uso de los antibióticos.
El uso empírico pero racional se basará en cuatro pilares básicos, todos ellos dotarán al uso empírico de unos cimientos científicos y médicos:
- Demostración de la presencia de una infección bacteriana (Ej: Citología con presencia de neutrófilos fagocitando microorganismos).
- Morfología de los microorganismos (cocos y/o bacilos).
- Usando los puntos anteriores y, sabiendo, el órgano/sistema afectado junto con los estudios de prevalencia de las diferentes bacterias.
- Finalmente, junto con toda la información anterior, nuestra elección será aquel antibiótico que, sin pérdida de eficacia, nos permita sanar a nuestro paciente minimizando la aparición de reacciones adversas o efectos secundarios.