SUPRELORIN, una alternativa frente a la castración quirúrgica de los perros macho
Desde hace un tiempo existe un implante subcutáneo para la castración química en el perro. El veterinario lo aplica como un microchip: no requiere cirugía ni anestesia, tan solo un pinchazo. El efecto que causa sobre el perro es el mismo que la castración. A las 6 semanas de su administración (al igual que ocurriría con la castración quirúrgica) el perro ya es completamente infértil y el efecto se mantiene durante un mínimo de 6 meses. A los 6 meses, el implante se ha reabsorbido por sí solo: su acción es completamente reversible.
Virbac ha puesto en marcha una campaña digital en RRSS para dar a conocer los beneficios de los implantes:
1. Como alternativa reversible a la castración quirúrgica
2. Como prueba antes de castrar definitivamente para corregir conductas no deseadas.